Los cactus sobreviven en ambientes extremos e inhóspitos donde pocas plantas sobreviven, son muy resistentes y duras. Aguantan bien la sequía, pero como todas las plantas también necesitan agua para vivir. Las personas somos iguales. En muchas ocasiones a las personas fuertes se les cuida menos porque como son fuertes… parece que no necesiten de la atención de los demás, del afecto o de cuidados. Pero que sean más fuertes que otras no significa que no necesiten un abrazo de vez en cuando o una palabra de aliento. Cuando notamos que tenemos un ser querido más débil o más vulnerable, tendemos a centrarnos en él, no nos damos cuenta del resto. Está bien prestar más atención a las personas que más lo necesitan, pero no hay que olvidarse de los demás. Todos tenemos necesidades y carencias, todos somos importantes.
Todos los días vemos las repercusiones que esas carencias no cubiertas tienen en las personas. El cactus es mi planta, el cactus es nuestra planta. Porque todas las personas que vienen a la consulta son cactus ,son fuertes, son resistentes, son supervivientes de un entorno poco amable o perciben un peligro a su alrededor. Y aquí están, luchando por tener una vida mejor, simplemente luchando por aprender a vivir.
¡Un abrazo muy fuerte a todos mis cactus!
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